"Non. Je ne regrette rien", de Edit Piaf, fue la canción elegida para su entrevista. No solo fueron las palabras. Lo que la clase mediática dedicada al análisis político, de toda España, quería ver es "cómo estaba, cómo se sentía, y cómo se expresaba, Jose Luis Ábalos". El político de raza que había llevado a Sánchez a la presidencia del Gobierno, tres años atrás, más uno de tournée por toda España, convenciéndole para que se presentara a la presidencia. Un político, forjado en los valores de orgullo socialista, que se dejó la piel en mantener un partido y un gobierno sólido, en torno al Presidente, y se comió con aplomo varios "marrones que no iban con él". Un animal político, que tras una dedicación y lealtad a prueba de balas, había sido despachado de su cargo de Ministro de Fomento y Secretario de Organización del Psoe, con un "bye, bye", sin la cortesía mínima de un destino a la altura de los servicios prestados.
Pero, una vez más, Ábalos no defraudó. Estuvo tranquilo, sereno, dominando la escena y la entrevista..."y no rompió su silencio, en absoluto". Se definió como un militante de más de cuatro décadas en el Psoe, curtido en mil batallas, y lúcido en cuanto a los cargos: lo que tengo claro, dijo, es que "ser o no ministro es una decisión del Presidente del Gobierno". ¿Decepcionado?, le preguntaron, "No, nada decepcionado, al contrario, he llegado más lejos de lo que nunca imaginé... y donde me pongan allí estaré". Ábalos tuvo agallas para bromear sobre su actual situación tras recuperar la libertad y algo de privacidad, dejó claro que estuvo sometido a una presión brutal y acoso por parte de la derecha y la ultraderecha, y prefirió no hablar de su particular situación familiar.
La entrevista al ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, había sido cebada desde hace varios días, como un gran scoup de La Sexta TV: "Abalos rompe su silencio", en el programa estrella recién inaugurado por Cristina Pardo e Iñaki López. En torno a Ábalos, se había generado un gran misterio mediático, ya que nadie entendía cómo un político de esta talla, y un ministro de tal envergadura, tan cercano al Presidente del Gobierno, había quedado fuera de la remodelación ministerial. Y lo peor de todo. Sin un destino digno que justificara su destitución. Entre bambalinas de la prensa habitual en el Congreso y en Ferraz se escuchaba que "Ábalos tenía que salir por la puerta grande..." y en general la prensa, tanto de derechas como de izquierdas, esperaba que hubiera, en las próximas semanas algún anuncio oficial del nuevo destino de Ábalos.
Pasaron dos meses y nada. Al preguntarle la periodista Cristina Pardo al ex ministro ¿qué ha hecho estos dos meses?, el político socialista se limitó a responder con la retranca que le caracteriza: "Me he dedicado a descansar todo lo que he podido". Y esta recomendación la extendió para otros miembros del gobierno, "que falta nos hacía a todos". Dejando claro lo duros que fueron los últimos tres años, con la ultraderecha crispando y atacando, la coalición, la pandemia...
Incluso se había especulado, de fuentes bien informadas, de que en dicha remodelación del mes de Julio, donde ocho ministerios cambiaron de titular, y entraron tres alcaldesas de poblaciones relativamente pequeñas y poco recorrido político, Ábalos estaba destinado a ocupar la cartera de Defensa, y Margarita Robles -más o menos aclamada por la derecha y magistrada sin carnet del Psoe- iría al Ministerio de Interior, en sustitución de Fernando Grande-Marlaska. Lo cierto, es que Marlaska, según las primeras filtraciones iba fuera del Consejo de Ministros... pero, ahí se corta la cadena lógica del relato, algo sucedió, quizá que Robles no quiso ocuparse de un ministerio que pudiera causarle problemas con Jueces y Policia, lo cierto es que Ábalos, quedó fuera de juego.
Llamó mucho la atención, y esto se lo recalcaron sus entrevistadores, que en el acto de entrega de la Cartera de Fomento, de Ábalos a su sucesora, la alcaldes de Gavá, Raquel Sánchez Jiménez, apenas estuvieran presentes el actual director de Paradores y su número dos en el ministerio, Pedro Saura, el ex ministro de Sanidad, Salvador Illa, y poco más. Mientras que en el de la entrega del ministerio de Presidencia, de Carmen Calvo a Félix Bolaños, los acompañantes fueran, tres vicepresidentas, siete ministros, algunos barones regionales, e incluso Jose Luis Rodríguez Zapatero, entre otros. A lo que Ábalos, volvió a poner su mejor cara de normalización y se limitó a reflejar que en las entregas de Carteras ministeriales, suelen estar las personas que acompañan a quien recibe la cartera y no a quien la entrega.
Poco, o casi nada dijo Ábalos a sus entrevistadores sobre la decisión del ex ministro de abandonar también la Secretaria de Organización del PSOE, de facto el más alto cargo ejecutivo del partido. Y menos cuando está ya anunciado el proceso de preparación del 40º Congreso Federal que tendrá lugar en octubre en Valencia, la tierra del ex ministro. Tras esta renuncia, ha heredado el cargo su fiel número dos, el navarro Santos Cerdán, que tendrá que organizar el Congreso junto con la vicesecretaria, Adriana Lastra, otra persona cercana al Presidente Sánchez, que sale de la primera línea política, ya que cesa como portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, y ocupa su lugar un desconocido "de la cantera", el canario Héctor Gómez. Algo que tampoco se entiende de puertas adentro, ya que Lastra, junto con Ábalos, Calvo, Cristina Narbona, Borrell y otros cuantos, fueron al nucleo duro con el que Sánchez recuperó la Secretaria General del Partido en 2017, tras los acontecimientos del 1 de octubre de 2016, que la memoria socialista prefiere olvidar, y un año después obtuvo la Presidencia del Gobierno tras la moción de censura a Rajoy, en junio de 2018.
Ábalos ve natural la remodelación del Presidente Sánchez que ha pretendido darle un nuevo impulso a su Ejecutivo y a la Legislatura después de lograr salir de los años más complicados de la historia reciente, con la pandemia del coronavirus. Lo que no ha podido evadir en esta entrevista, el dirigente socialista, es la pregunta sobre -¿cuando le comunicó Sánchez que usted quedaba fuera?-. A lo que el ex ministro más poderoso del gabinete, intentó dar una vaga respuesta: "fue un encuentro personal, no fue una llamada". -Si, pero cuando, qué día, le insistieron los periodistas sin querer dejar escapar una de las preguntas más importantes de la cita. "El mismo día", al fin tuvo que contestar el ministro. -¿Y desde entonces no le ha llamado? -Obviamente él tiene que "despachar con los políticos que ahora están en primera línea", vino a contestar Ábalos sin darle mayor importancia.
A pesar de la insistencia de los periodistas que, lógicamente pretendían sacar algún síntoma del queja del socialista Ábalos, este reiteró no sentirse "decepcionado" con su cese ya que "había sido todo lo que podría ser". "Las decepciones vienen cuando uno aspira a algo y luego no lo consigue, Yo no aspiraba a nada, Ya lo he sido todo", dijo en el programa de La Sexta. Y además, añadió que tampoco pidió explicaciones por la decisión del presidente "hay cuestiones que yo ni pregunto muchas veces".
La Sexta 'Más Vale Tarde' había intentado desde hace días arrancar al socialista Ábalos alguna incógnita sobre su salida del Gobierno. ¿Qué estaba haciendo mal? le preguntaron ¿está decepcionado? ¿qué lamenta?. Pero nada de nada. El socialista fue leal, sosegado, amable en la entrevista. Dio juego a los entrevistadores, pero actuó como un soldado dispuesto a ocupar el lugar que le toque en la contienda...Como mucho, se puede ir de la contienda. Pero tampoco por ahí ha dado pistas el ex ministro, uno de los pesos pesados en Gobierno de Pedro Sánchez y del Psoe. Al final, la canción que eligió como sintonía de su entrevista fue la única pista que el ministro dio, en cuanto a su estado de ánimo: "Non. Je ne regrette rien", de Edif Piaf (No. No lamento nada).
Para el dirigente socialista su cese no fue"una decepción" sino algo que tiene su lógica. Algo que se puede entender más en clave de desgaste tras la crisis sanitaria del coronavirus y de razones familiares. Sobre su experiencia en el primer Gobierno de coalición de la historia democrática de España, dijo que fue "muy positiva" a pesar de los inevitables roces que han surgido en toda la legislatura ya que el PSOE y UP tienen "culturas políticas muy distintas". Pero que las relaciones con el socio fueron positivas y constructivas.
Las razones por las que uno de los apoyos más fieles de Pedro Sánchez salió del Gobierno siguen siendo un misterio, a pesar de que La Sexta vendió el cebo de "Abalos rompe su silencio", el ministro habló, hablo mucho y habló de todo, pero realmente "no rompió su silencio en absoluto". A día de hoy, nadie alcanza a saber las claves de su salida. Pero José Luis Ábalos juega a favor de obra, del partido en el que ha militado más de cuatro décadas, y deja algunas pistas para el despiste: que "tuvo mucho que ver el desgaste" al que estuvo sometido, sobre todo en los últimos meses, con un acoso permanente de la ultraderecha y de medios afines que no han dudado en utilizar cuestiones personales que nada tienen que ver con el mundo de la política y sí con la construcción de bulos y de noticias infundadas que parecen funcionar muy bien en esta época de redes sociales además de dar jugosos réditos económicos y políticos a pseudoperiodistas tuiteros. Pero todos los fieles a Ábalos, y quienes conocen bien a este político, saben que tiene correa para rato. Que si esto le "gastó a él", no menos lo hizo con otros que siguen al pie del cañón, porque lo único cierto es que "nombrar y cesar ministros" es una perrogativa exclusiva del Presidente del Gobierno. Y mientras éste no se manifieste...
"La primera línea en la que yo estaba se acusa en lo personal, hay una renuncia de vida privada tremenda", explicó Ábalos que aprovechó la oportunidad para pedir "un poco de privacidad" ahora que ha abandonado esta primera línea política.
Lo que sí dejó claro, negro sobre blanco, es que detrás de su cese no hay ninguna cuestión polémica sobre su gestión política. Aseguró que la decisión de Pedro Sánchez no estuvo motivada ni por cuestiones referentes al paso por el Aeropuerto de Barajas de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez; ni con el rescate de la aerolínea Plus Ultra. "Ninguna de esos temas son las razones", dijo Ábalos. Y además, recordó que ambos asuntos están "tremendamente judicializados", y sancionados con sentencias claramente absolutorias a su papel o el de su ministerio en los mismos.