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Pegasus y la mano de Dios
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Pegasus y la mano de Dios

De forma improvisada y urgente, el Gobierno ha sorprendido este Dos de Mayo con una declaración cuanto menos inquietante. El famoso programa de espionaje, Pegasus, diseñado en Israel para ser vendido a los Estados y que éstos puedan utilizarlo -siempre bajo autorización judicial- como protección contra ataques ilegales externos o internos (terrorismo, invasiones o golpes de Estado), resulta que no solo ha espiado los teléfonos privados e institucionales de 66 políticos independentistas catalanes, durante el llamado procés (octubre del 2017 y años posteriores), sino que ha llegado a intervenir el teléfono del mismísimo Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la ministra de Defensa -jefa del CNI- entre otros, que se sepa, durante el año 2021. Todos los grupos políticos, sin excepción, se han puesto en estado de alerta y exigen explicaciones, profundas y transparentes al más alto nivel. El ministro de Presidencia Félix Bolaños, se ha visto obligado a improvisar una comparecencia ante los medios este lunes festivo, pero quedan demasiadas incógnitas que tendrán que ser explicadas. De momento, el Gobierno ha puesto el tema en manos de la Audiencia Nacional. Aún así, nuevos nombres seguirán surgiendo, como la ministra de Exteriores, Arancha Gonzalez Laya... mientras las primeras hipótesis apuntan al Gobierno marroquí.

Los charcos no paran de interponerse entre Sánchez y su buena gestión de Gobierno. Por un lado, muy capaz y aplaudida en Europa durante la pandemia. Un ejemplo de solidaridad en las primeras semanas de la invasión de Ucrania; un acierto en la captura de un gran potencial de ayudas europeas para la Recuperación, Transformación y Resiliencia. Sin olvidar las muchas medidas en materia de protección social, empleo y trabajo, para no dejar a nadie atrás. Incluso los buenos datos que resisten la crisis y mejoran el desempleo y la recuperación económica. Pero parecería que nada es bastante en este vía crucis de Sánchez, que cuantos más logros y aplausos en Europa, más obstáculos se le presentan aquí en España. El espionaje, que según John Le Carré, no tiene enmienda y al final "todos espían a todos", ha saltado a la palestra de la peor forma posible. Ahora le toca a los portavoces del Gobierno intentar poner calma. 

 

Los partidos de oposición (PP y Vox-), los socios de Gobierno (UP) y los socios de investidura, ERC, PNV, Bildú, etc, asedian a Sánchez de forma continuada. Pero nunca como ahora se habían puesto todos de acuerdo con un asunto tan delicado como el espionaje a los políticos del programa Pegasus. La cuestión es simple. ¿Hasta dónde lo conocía el Gobierno? Si lo conocía, ¿había sido autorizado por algún juez? Y ahora, tras conocerse la extensión del espionaje al Presidente y a su ministra de Defensa ¿cómo lo puede explicar el Gobierno? Si esto sucedió en 2021 ¿por qué se han enterado ahora?. Hace meses supimos que otros mandatarios europeos habían sido espiados. Y ya llevamos más de dos semanas hablando del espionaje a Aragonés, Puigdemont, Junqueras y demás dirigentes independentistas catalanes. Las declaraciones de la ministra Robles han hecho un flaco favor al Gobierno, pero la rueda de prensa de Bolaños, no parece desde luego de lo más oportuno. En realidad, abre más que cierra, nuevas interrogantes.

Fuentes socialistas justifican esta tardanza y explican los tiempos del ministro  Bolaños. Al parecer en un control del teléfono de la ministra Robles, hace unos días,  se detectó el hackeo, por parte del Centro Criptográfico Nacional (CCN) enseguida Sábnchez decidió comunicárselo a Nuñéz Feijóo, a la Casa Real, así como al resto de ministros, incluídos los socios de Unidas Podemos, para que estuvieran alertas y preparados a escanear todos sus teléfonos con el fin de descubrir posibles nuevos hackeos. Así mismo se presentó una denuncia inmediata ante la Audiencia Nacional. Actualmente un juez investiga a instancias del Gobierno, y no se descarta que surjan nuevos nombres. Aún así, el resto de formaciones políticas no está conforme con estas explicaciones a toda prisa.

Ahora es Pegasus el jardín lleno de espinos del que Sánchez tendrá que salir lo menos magullado posible. Ya que ha prescindido de la guardia pretoriana que le paraba los golpes, ¿será la ministra Margarita Robles la que consiga sacarle indemne? O es más bien la ministra de Defensa la que esta vez tendrá que quemarse en la hoguera para intentar que el Gobierno socialista quede lo mejor parado posible. Ya no sólo tiene que hacer frente a la exigencia y amenaza de su socio principal de investidura, ERC, y dar explicaciones sobre lo que sabía o sabe el CNI y el ministerio de Defensa sobre el espionaje de Pegasus a 66 políticos independentistas catalanes. Habrá que convencer a Rufián, a Feijóo, al Aitor Esteban, a Aizpurua, y al resto de formaciones políticas, tambien a los medios y dentro de ellos, a los analistas políticos que están muy escépticos.  Gabriel Rufián, el portavoz de ERC, no se cortó nada en la sesión de control del Congreso: "aquí la única duda es quien lo ordenó esta vez; uno, si fue el Gobierno es malo, si no fue el Gobierno es aún peor". "Si no limpias tus cloacas se llenan de ratas y las ratas se lo comen todo", dijo en el pleno y acto seguido se negó a dar sus votos para apoyar algo tan progresista y positivo para los españoles como el Real Decreto Anticrisis, dejando al Gobierno a un escaño de perder esta votación donde se jugaba gran parte de su credibilidad.

En los tiempos que vivimos, de transformación e incertidumbre permanente, la inteligencia más deseada para un líder político, es la capacidad de empatía con las masas y por tanto el liderazgo coral. La capacidad de no defraudar no sólo a las élites, sino sobre todo al hombre y mujer de abajo, de las clases trabajadoras”. Los votantes que soportan un gobierno socialista y progresista como el actual, suelen ser reacios a pasar por alto el papel de las cloacas de Estado. Hemos tenido demasiado tiempo la guerra sucia contra el terrorismo de ETA, por ejemplo, para que ahora se les pida un nuevo acto de fe, de quien y por qué se espiaba a los políticos y sobre todo, si esto fue realizado dentro del marco legal de un Estado democrático. En ese afán, que raya lo banal , por rejuvenecer al Psoe, Pedro Sánchez se ha quedado sin sus círculos de defensa más sólidos y bregados, desde entonces, se le nota debilitado por  a medida que le crecen los frentes. Todos los focos a su persona, no fue una buena idea. Pero aún queda tiempo de darse cuenta.

Este es uno de los peores momentos de la legislatura. El presidente con estrella al que Europa escucha y aclama, que ha vuelto a situar a España en el epicentro de las decisiones europeas, incluso se vió obligado a posponer la semana pasada su viaje a Polonia y Moldavia para asistir a una sesión de infarto en el Congreso de los diputados, donde de chiripa consiguió el Ejecutivo socialista aprobar, por un solo voto, el Real Decreto anticrisis que entre otras cosas, bajaba determinados impuestos, bajaba los precios del combustible, limitaba los alquileres,  y movilizaba 16.000 millones de ayuda a autónomos, pymes y trabajadores.  Al final, Bildu (los llamados filoetarras por parte de la derecha y la ultra derecha) le sacó del apuro, y demostró ser uno de los socios con mayor compromiso de Estado. No obstante, sus cinco escaños de apoyo quedaron empañados por las declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, con estas palabras que podrian costarle la cartera "¿Qué tiene que hacer un Estado, un Gobierno, cuando alguien vulnera la Constitución, cuando alguien declara la independencia, corta las vías públicas, cuando realiza desórdenes públicos, cuando alguien está teniendo relaciones con dirigentes políticos de un país que está invadiendo Ucrania"

Ha sido, justo a partir de ese momento cuando las contradictorias explicaciones, según la oposición, dejan al Gobierno de Sánchez quedó en la cuerda floja. Porque a tenor de las declaraciones de la ministra de Justicia, la magistrada Robles, cabe preguntarse. ¿El Gobierno conocía y justificaba los espionajes a los políticos catalanes? Si los conocía ¿puede explicar qué juez los ha avalado?. Si no es así, malo, y si es así, quedan muchas explicaciones por dar. De un ecosistema informático tan invasivo e inquietante como es Pegasus, máxime cuando conocemos cómo ha sido utilizado por determinados Estados de dudosa credibilidad democrática, al menos debemos confiar en que nuestras autoridades conocen hasta los últimos detalles. En las democracias plenas, el Estado tiene que justificar todos los medios a utilizar en la lucha contra el involucionismo, terrorismo, etc, ya que el fin no justifica todo. Y sobre todo, un gobierno progresista como el nuestro, tiene que desalojar de los ciudadanos cualquier sospecha de que las cloacas siguen funcionando y no solo en España, sino también en otros Estados democráticos. Entre tanto, también ayudaría que el principal partido de la oposición, el PP, que en su día fue quien compró Pegasus, muestre un poco más de responsabilidad de Estado, apoye al Gobierno y confíe en que se darán las correspondientes explicaciones. Por otra parte, Esquerra Republicana, ahora conociendo que no sólo se les ha infectado a ellos, ponga de su parte por ayudar al Ejecutivo a esclarecer el asunto. Todos lo esperamos y deseamos.

***Aclaración, el titular de este artículo hace referencia a unas esculturas del sueco Carl Milles, en el Millesgarden de Estocolmo. Dos de ellas me llamaron mucho atención, "La mano de Dios" y la otra "Pegasus", un gran caballo volador y sobre una de sus alas, un hombre, ambos casi colgados en el espacio. 

 

 

 

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