No hay buenas noticias para Casado. Ni siquiera para Aznar, que en plena campaña de Castilla y León, ha ninguneado a ese “Pablo no se qué”, que no gusta a “casi nadie”, como destacaban muchos analistas políticos. Tampoco para Pablo Iglesias, ni para Yolanda Díaz o Alberto Garzón. Portugal, ejemplo de buena gestión de la crisis sanitaria y económica vuelve a marcar el camino a los socialistas españoles. El primer ministro, Antonio Costa (Partido Socialista PSP) contra todas las encuestas ha ganado por mayoría absoluta las elecciones de este domingo, 30 enero. Comunistas, Verdes y centro derecha, han caído a plomo. El ruido (socios de coalición) y la crispación, (la derecha) no han sido entendidos. Aquí, en España, cuyos resultados electorales se mimetizan con el vecino luso, podría suceder algo similar si se sigue forzando la maquinaria. Con estos resultados lusos, el Psoe de Sánchez está exultante y tomando nota. Úrsula von der Leyen, felicita, un día sí y otro también, a nuestro presidente como modelo de gestión de la pandemia y de la economía. Aviso a navegantes.
En las pasadas elecciones del 2019, el socialista Antonio Costa (PS) esperaba ganar con mayoría absoluta, según indicaban todas las encuestas. Pero con un 36% de los votos y 108 escaños, se vió forzado a formar un gobierno de coalición con la izquierda, comunistas y verdes. Estos últimos siempre han estado poniéndo contra las cuerdas. De forma muy similar a lo que le ha pasado al presidente Pedro Sánchez con sus socios de Unidas Podemos. La tensión llegó a su punto culminante este pasado otoño, cuando los socios izquierdistas lusos prefirieron romper el pacto y dejar al Partido Socialista en el aire, al no apoyar los presupuestos del 2022. Lo que creyeron sería una debacle para Costa y los socialistas, se ha transformado en una nueva oportunidad de oro, para conseguir mayoría absoluta y poder gobernar en solitario.
El electorado luso lo ha tenido claro este domingo 30 de enero. Ha valorado la buena gestión de la pandemia y la recuperación económica, con cifras tan buenas o similares a las que acuña el presidente Sánchez y su Gobierno de coalición, aquí en España. Para susto de la derecha y de la izquierda radical esto podría estar marcando tendencia. No todo vale. Las fake news, la crispación, el ruido, han perdido frente a la mesura, el aplomo y el buen hacer de un primer ministro socialista que se ha ganado la confianza de los suyos. No obstante, una buena parte de los votos caídos a derecha e izquierda, han llenado el cesto de una extrema derecha que ha pasado de uno a 12 escaños. Más que la suma de todos los partidos de izquierda juntos, además de robarle 8 escaños al centro derecha del PSD.
Los portugueses han creído al PS del primer ministro Antonio Costa y han castigado al Bloco de Esquerda (4,46%), y a la asociación de Los Verdes y Partido Comunista (4,39%). Pero también han penalizado a la derecha conservadora del PSD (aunque se llame Partido Social Demócrata) que ha bajado hasta el 27,8% perdiendo ocho diputados (71 escaños actualmente).
En equivalencia con España, aquí habría ganado con mayoría absoluta el Psoe y perdido PP e IU. Aunque hay que lamentar que muchos de los votos fugados de todos los partidos se han ido a la extrema derecha del partido Chega. Que ha irrumpido en la escena lusa nada menos que con un 7,15% de votos (12 diputados).
Con estos resultados, los conservadores lusos tienen cuatro años por delante de oposición. Los pequeños de izquierdas quedan relegados a minorías que no ya no podrán forzar la agenda al socialista de Costa. Atrás queda el recuerdo de la llamada “jerigonza” del 2015, aquella coalición que permitió al Partido Socialista, formar un gobierno con el Partido Comunista Portugués (PCP) y el Bloco de Esquerda (BE). Demostrado queda que no era tal chapuza y que con el paso de los años ha dado lugar, por segunda vez en la democracia portuguesa, a una mayoría absoluta socialista. Desde la revolución de los cláveles no se veía tanta algarabía en el socialismo portugués. Este domingo, la megafonía de Portugal era Grandola Vila Morena y la Internacional. Los socialistas de Pedro Sánchez pueden tomar nota y seguir el camino luso para volver a llevar la Internacional a Ferraz y el Psoe a Moncloa. Sánchez cada día tiene la senda socialdemócrata europea, más ancha y abierta, para cumplir su objetivo inicial de conservar en España un gobierno socialista durante diez años, al menos.