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METAVERSO O METAVERSOS

Es probable que Metaverso se convierta en la palabra de este año. Estamos todavía en una fase inicial según algunos o incluso ni siquiera ha empezado según otros y todavía no hay acuerdo en si habrá un metaverso o varios. La mayor parte de los expertos aseguran que solo habrá un metaverso y que todavía no existe.

De entre las distintas definiciones, la más sencilla es que lo define como  un universo virtual  que permite a los usuarios, a través de sus avatares digitales, tener experiencias como trabajar, jugar, comprar o vender . Es una consecuencia del aumento de la capacidad de computación que permite el desarrollo en tres dimensiones del internet bidimensional que, además, ha sido personificado.

Un incipiente comienzo, un destello, ya está funcionando con los conciertos o festivales virtuales o con los videojuegos digitales y hace tiempo que Google Earth ofrece un espacio virtual con sus calles y sus tiendas. Ya se compran y venden terrenos o edificios virtuales -pagados en criptomonedas – en algunas plataformas, con su correspondiente especulación: la torre Eiffel comprada por 400 dólares se vendió a los pocos meses por 400.000. 

Algunas grandes empresas digitales como Facebook han hecho una gran apuesta, cambiando incluso el nombre a Meta con lo que no son pocos, los que creen que el metaverso es propiedad de Zuckerberg.

 

La palabra la inventó el escritor de ciencia ficción Neal Stephenson en su obra de 1992 “Snow Crash”. En su distopia los estados nacionales han sido sustituidos por ciudades estado con fronteras bien guardadas que los ciudadanos no abandonan nunca. Buscan refugio en un mundo virtual: el metaverso, el último reducto de la libertad, que se encuentra amenazado por un nuevo virus:” snow crash” que puede provocar el “ infocalipsis”.

 La realidad está haciendo todos los esfuerzos posibles por imitar a la ficción.

La lucha por el control de los diferentes componentes del metaverso ya ha comenzado. China financia sistemas de telecomunicaciones en varios países que forman parte de la “ruta digital de la seda”, mientras que Taiwan domina la industria de los semiconductores. Apple fabricara las gafas-auriculares- que permitirán la experiencia tridimensional y Google, Microsoft y Meta construirán los espacios en los que se alojará el metaverso, o los metaversos. Los que controlen el metaverso tendrían la ventaja relativa de la que hoy disfrutan los propietarios del petróleo. 

De momento los expertos esperan en que el mayor impacto se producirá en el mundo del entretenimiento por la fácil evolución, pero sus efectos más importantes pueden ser políticos. Es posible que se creen organizaciones autónomas a imitación de las de” snow crash”. Surgirían comunidades y economías que trascenderían a las fronteras y las identidades nacionales y que no se someterían al derecho internacional. Al tiempo aparecería una diplomacia internacional más ágil, con embajadas virtuales por lo que pequeños estados podrían participar más fácilmente en el juego de la política mundial, según explica el New York Times. 

Surgiría una nueva era del espionaje, acelerando la tendencia ya existente en la que sería más fácil acceder a la propiedad intelectual, comercial o tecnológica y militar, pero también a la personal y financiera. Los Estados y las grandes empresas podrían utilizarlo para llevar cabo una vigilancia más sofisticada como ya hace China con el reconocimiento facial. Sería una nueva forma de transmitir contenidos engañosos- las actuales” fake news”- en un contexto envolvente más fácilmente creíble al incluir texto, voz y visión.

Pero también los activistas que se oponen al autoritarismo digital actuarían con mayor libertad como ya está haciendo “reporteros sin fronteras” con su “biblioteca universal sin censura “.

Para facilitar la comunicación entre las personas hay que prescindir de los cuerpos. La vista y el oído aumentaran y es posible que el olfato se integre, pero falta la experiencia del tacto, aunque se están creando pantallas táctiles para percibir texturas y guantes que transmiten sensibilidad. Los científicos ya han logrado que los amputados puedan sentir la inexistente extremidad. El tacto es el primer sentido que desarrollamos y sin él no hay comunicación afectiva.

Hasta ahora nadie ha resuelto la integración del gusto, con lo que la comida y la bebida quedan fuera del metaverso y dificulta la sustitución del turismo real, en el que tan importantes son las experiencias, por el virtual.

Estamos a punto de abrir las puertas de un mundo nuevo-nunca mejor dicho-y como siempre ocurre en estos casos , se iniciará una  lucha por el poder que  va a ser uno de los conflictos más importantes de las próximos décadas.

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