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¿Quién conoce de verdad a Pedro Sánchez?
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¿Quién conoce de verdad a Pedro Sánchez?

Por Concha Minguela

Casi todos piensan que 2022 será el año del desfile de las elecciones anticipadas. Primero las castellano leonesas, después las andaluzas y a final de año, quizá, las nacionales. Eso depende de cómo se vayan desarrollando los acontecimientos y sobre todo de los resultados. En cuanto a las nacionales, por supuesto la decisión es exclusiva del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Unos dicen que Sánchez agotará la Legislatura y hasta después de la presidencia europea de España, no convocará, en el segundo semestre del 2023, y otros aluden al Sánchez más audaz y estratega, y las sitúan a finales de este año que comienza. ¿Pero quién conoce realmente lo que hay en la cabeza de Pedro Sánchez?

En esto como en casi todo hay tres tipos de personas, los que creyeron que eran amigos, los que creen que son amigos y los que saben que un presidente de Gobierno se convierte prácticamente en una torre de marfil, con los amigos de verdad, contados con los dedos de una, o como máximo, dos manos. Hay un primer Pedro que ganó las primarias a Madina, el favorito del aparato (julio 2015). Apenas un año más tarde fue devorado y traicionado por la cúpula de su propio partido (octubre 2016). Pasando a ser ese segundo Pedro, el arropado por las bases socialistas, que recorrió España, de la mano del valenciano Jose Luis ábalos, poniendo en pie a la militancia con la Internacional a todo tren, hasta vencer al poderoso aparato socialista, de nuevo, (mayo 2017). Y luego tenemos el tercer Pedro, el que ya disparado y con pleno control del Psoe, va de victoria en victoria, tras ganar en 2018 una moción de censura a Mariano Rajoy, que le lleva a Moncloa en menos de 24 horas. Ya son tres y medio largos años de mandato presidencial, tras ganar dos elecciones generales, una en abril de 2019 y otra en noviembre del mismo año.

Ese Pedro Sánchez, presidente, es el que se pone de manifiesto en el Manual de Resistencia. El que se pasea triunfante y admirado por toda Europa y que ha vuelto a situar a España en uno de los epicentros de la toma de decisiones europeas. Un hombre afortunado, con un equipo impecable. El primer presidente de España que habla inglés fluido, que tiene una imagen imponente, y que más "horas de vuelo" ha realizado, en su 'Falcon presidencial', con el fin de potenciar a España en los foros y las relaciones internacionales. No en vano, en gran medida, todas estas horas de Falcón le han permitido un liderazgo fuerte para negociar bien y traerse para España 140.000 millones de euros (la mitad no rembolsables) de los Fondos de Recuperación Europeos, (Next Generation EU). Siendo España, además, el primer país que ha recibido la primera parte de estos fondos, en diciembre. Diez mil millones.

Es el presidente que ha sufrido la peor oposición, la más ofensiva y crispadora, y sobre todo, en los peores tiempos. Una oposición visiblemente frustrada ante un socialismo ganador, con su líder cada vez más solvente y aplaudido en Europa, -a lo que se añade la presión de la ultraderecha- La que más estupideces ha dicho, entre otras la de "acusar a Sánchez de ser el presidente que más ha usado el Falcon". Amén de sacar extemporáneamente el tema ETA, que lleva vencida desde octubre del 2011 -gracias al gobierno socialista de Zapatero- o el separarismo catalán, que tuvo su máxima actividad con el gobierno popular de Rajoy al que le declararon una DUI en octubre del 2017. Aún así y todo, lo más rastrero de esta oposición, es cuando Casado, y Abascal, le acusaban, una y otra vez, de ser el responsable de la muerte de los casi cien mil fallecidos por la pandemia del Covid-19.

Hasta aquí, un hombre afortunado. Un ganador con un equipo preparado, con buenos curruculos de gestión, hipertrabajadores que lo han dado todo, por el Psoe, por el país, por el gobierno y por el presidente. Un gran presidente en los peores momentos, debido a una pandemia global, que ha lacerado la salud y la economía de todos los españoles. Y lo hemos ido contando en nuestro propio periódico, La Hora Digital. Pedro Sánchez, un presidente cumplidor y el más trabajador de la historia de España. A tenor de estos datos, que el mismo ha presentado en una nueva edición del informe "Cumpliendo" con el que una vez al año actualiza el grado de cumplimiento de sus compromisos con la ciudadanía. En él se detalla que se han cumplido la mitad de las 1.500 reformas, cambios o iniciativas que prometió realizar su Ejecutivo. Éstas provienen del discurso de investidura, del que hay un 50,2% de cumplimiento; del acuerdo de coalición, cumplido al 44,4%; de acuerdos con otras formaciones (41,6% realizados); del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (27,5%) y de sus propias declaraciones públicas (48,3% cumplidos. Respecto a la rendición de cuentas del año pasado, el Gobierno ha añadido 243 compromisos más y ha pasado de desarrollar el 23,4% de su programa total al 42,7%).

Estos datos hacen que el jefe del Ejecutivo vea el futuro con mucho optimismo y asegura que España ha recuperado la estabilidad política que necesita. Sánchez ha despejado las dudas, asegurando que está en disposición de cumplir íntegramente toda la Legislatura que terminará a finales del año 2023. En estos tres y años y medio, Pedro y su equipo han trabajado a contrareloj, batiendo todos los records de Decretos y Leyes publicadas. Casi cien Decretos, y la aprobación de leyes tan imprescindibles como la de Protección de la Infancia, Memoria Histórica, Ley de Educación, Ley de Cambio Climático, Ingreso Mínimo Vital, Ley de la Vivienda, Reforma Laboral, por citar solo algunas de las más importantes.

Sánchez se ha forjado su fama de "resistente" -recordemos cuando en las negociaciones de Sarajevo (1997) lo llamaban "Bronce, culo de hierro, aguantar y ganar"- creciéndose al superar la peor de las traiciones. Los que él había considerado amigos, amigos de verdad, compañeros de las primeras batallas políticas, lo vendieron y arrojaron a la cuneta, aquel 1 de octubre de 2016 para irse a jugar a caballo ganador, que en aquel momento representaba Susana Díaz. Pero perdieron ellos. Ganó Pedro y su equipo desplegado en todos los territorios españoles. Gracias a que, políticos de primera división que no le conocían, le asistieron en su caída libre, en su digna dimisión, y le convencieron para "recuperar el orgullo perdido de la militancia socialista".

Tras una épica tourné, de diez meses, por toda España, el 21 de mayo del 2017, apenas un año más tarde, Sánchez volvió a ganar contra todo pronóstico y los que le acompañaban, sintieron entonces que se recuperaba la dignidad herida de la militancia y el empoderamiento de las bases. En el 39 Congreso de Madrid, (junio 2017) se percibía un entusiasmo colectivo que recordaba a los primeros tiempos de Felipe, tras la muerte de Franco y la llegada de la democracia. Pedro era un ídolo, el cobre de Sarajevo, el estratega de la resistencia. El que renovó al Psoe de abajo arriba. Aglomeraciones y apoyos por todas partes. Abarrotaba, exaltaba a millones de simpatizantes de izquierdas. Cánticos de la Internacional. Siempre pertrechado por el equipo que le rescató. Con esto podría ganar cualquier elección que se le pusiera por delante. Se crearon cientos de plataformas en redes sociales, donde la militancia bullía.

Las palabra militancia era la más repetida y todos aquellos líderes regionales, que le prepararon el terreno en cada territorio, Andalucía, Asturias, Cataluña, Extremadura, Baleares, La Rioja, Valencia, Aragón, Castilla La Mancha, y otras Comunidades, fueron reconocidos y elegidos para armar de abajo a arriba sus Federaciones Regionales en cada Autonomía. Se contó en Aragón, Valencia, Extremadura, Castilla La Mancha, Baleares, y otras, con los dirigentes actuales aunque no se hubieran proclamado “sanchistas”, y se intentó también coser en Andalucía, donde Susana Díaz se había convertido en su gran rival. Cada época tiene sus palabras talismán. En aquellos momentos, el talismán era la palabra militancia, socialismo, feminismo, igualdad, ecologismo. Palabras que contagiaron a la sociedad española progresista en general, que esperaba un nuevo Psoe que saliera de su esclerosis aburguesada y oficialista. Eso les dieron Sánchez y su equipo. Hasta los compañeros periodistas, que hasta hacía cuatro días se referían a Sánchez como un cadáver político, le empezaron a pintar como el Ave Fénix. Y su equipo de dirigentes socialistas del Partido, ministros y ministras, empezaron a mantener unas relaciones con los medios, renovadas, modernas, flexibles, progresistas. Cuanto más fluía este entusiasmo, más se crispaba una oposición incapaz.

Para que la desmemoria no vuelva a hacer de las suyas, vale la pena recordar al entorno más cercano a ese Pedro (del 2017) convertido en flautista de Hamelin. Un equipo pequeño, apenas un pool de hombres y mujeres, que le prepararon el camino, le organizaron los actos, y recorrieron con él España para recuperar el orgullo socialista de las bases. La tropa había ganado la batalla al cuerpo de oficiales. Una reconquista impulsada entre otros por Jose Luis Ábalos, Andrés Perelló (en Valencia), Adriana Lastra, María Luisa Carcedo, Adrian Barbón, Iván García del Blanco, Carmen Saras, Oscar Pérez, José Ramón Martín Ardines, Manuel Francisco, Enrique Fernández, Joaquin Llames, Iván Fernández (en Asturias); Francisco Toscano, Gómez de Celis, Carmen Calvo, Rafael Román, Bibiana Aido, Francisco Salazar, María Jesús Castro (Cádiz, amiga de Anne Hidalgo, la alcaldesa gaditana de París, que le apoyó desde el primer momento) en Andalucía. En Cataluña, Sánchez contaba con el PSC, Miquel Iceta, Salvador Illa, y los alcaldes y alcaldesas de las grandes ciudades catalanas, Nuria Parlón, Jordi Hereu, Meritxell Batet, entre otros. En Aragón, Susana Sumelzo, entre otros. Santos Cerdán Navarra; Concha Andreu, María Luisa Ruis, en La Rioja; Francina Armengol en Baleares; en Castilla León, Mariluz Martínez Seijó, Ander Gil, Luis Tudanca; en Galicia, Jose Ángel Vázquez Barquero, Jose María Tejerina, Sonsoles López Izquierdo, Juan Manuel Díaz Villoslada, Gonzalo Caballero que su unió más tarde. En Euskadi, Odón Elorza.

A pesar de que Patxi López, también en el último momento, se bajó del carro de Sánchez y articuló una candidatura intermedia. Todos recuerdan en el debate entre Susana, Patxi y Pedro, la condescendencia un poco supremacista de los dos que se creían ganadores. "Pedro cariño, no mientas", le dijo Susana, y Patxi le espetó a la cara "si sabía siquiera lo que eran los estatutos regionales".

Poco a poco fueron creciendo los apoyos que inició Ábalos en Xirivella y Torrent, (con su alcalde Michel Montaner), potenciándolos con la incorporación de cuatro ex ministras y un ex ministro: Carmen Calvo, Cristina Narbona, Beatriz Corredor, Bibiana Aido, Josep Borrell, y economistas, analistas y figuras del prestigio de Manu Escudero o Jose Félix Tezanos, desde luego siempre co los incondicionales, Juanma Serrano y Maritcha Ruiz (sus jefes de Comunicación), Odón Elorza, Zaida Cantero, Luz Martínez Seijó. También se incluyen los 15 diputados que dijeron No a Rajoy: Meritchel Batet, Joan Ruiz, Mercé Perea, Manuel Cruz, José Zaragoza, Lidia Guinart, Marc Lamua, (por el PSC) Margarita Robles y Zaida Cantera, (Madrid), Sofía Hernanz y Pere Joan Pons (Baleares) Susana Sumelzo (Zaragoza), Odón Elorza (Guipúzcoa), Rocío de Frutos (Orense) y Mari Luz Seijo (Palencia),- y un largo etcétera cada vez más sólido y numeroso, que le acabaron de convencer a Sánchez, de que “había agua en la piscina”, o como dijo Toscano que “había que tirar del carro” o en expresión de Ábalos“Sánchez tenía que recuperar la dignidad herida de la militancia”… Y así se obró el milagro del primer Sánchez, el épico, el resistente, el cobre, el que nunca se rinde. Al que consideraron cadáver político y estos incondicionales reanimaron y pusieron en forma. El de los que creyeron ser sus amigos por tantas horas de carretera, escenario, hotel, mesa camilla y backstage de la turné que hizo historia en el Psoe.

A partir de junio del 2018, cuando Sánchez gana la moción de censura a Mariano Rajoy y en menos de 24 horas se trasladaba a Moncloa. Aparece el segundo Sánchez. El que se rodea de un Ejecutivo estelar, dejando el peso del Ejecutivo en la vicepresidencia de Carmen Calvo, así como el ministerio de Igualdad y Presidencia. Por otro lado, el control del Psoe recae en sus tres más fieles apoyos: Jose Luis Ábalos, Adriana Lastra y Cristina Narbona. E irrumpe en Europa como un presidente fuerte, un socialista que ha democratizado el partido como hacía décadas no se había hecho y un gran embajador de la socialdemocracia, que volvió a colocar a España en el epicentro europeo. Al que la mediocre oposición de Casado se basaba entre otras memeces, en llamarle el “Sánchez del Falcón”. En plena gloria, Sánchez dio su primer paso en falso, como se ha demostrado con los años, al contratar a un “mercenario” de la comunicación, ajeno al partido, al que nunca la militancia ni los dirigentes del Psoe vieron con buenos ojos, pero al que convirtió en su sombra. Un mercenario que en poco mas de tres años, ya sin el halo de esconderse tras el cargo jefe de Gabinete del Presidente, aparece como un diosecillo del peor marketing, con más ínfulas que otra cosa.

Y finalmente, volvemos a la casilla de salida. Llegamos a los que se dijeron amigos suyos, lo traicionaron, purgaron su camino, con cierta benevolencia del Presidente, eso si, y ahora vuelven por la puerta grande, mientras que los principales que le apoyaron salen por la puerta chica. Los amigos de juventud de sus inicios, los de siempre. Oscar López, Antonio Hernando, el propio Patxi López (desde otro lugar), los alcaldes, consejeros territoriales, secretarios, y demás cargos que apoyaron a Patxi y los dirigentes territoriales que estuvieron entre Patxi y Susana, denigrando a Sánchez, han sido incorporados en cargos y puestos de relevancia. Otras de las recuperadas, como ministras son la aragonesa, Pilar Alegría, o la castellano Manchega, Isabel Rodríguez. Ambas beligerantes con Sánchez durante la dura contienda con Susana Díaz. Coser el partido se llama. Eso si. Es bueno para el Psoe y su conjunto, sin duda alguna. Pero no debemos pasar por alto una cuestión fundamental ¿se le ha explicado a la militancia convenientemente el por qué de las formas poco amables con las que se han ejecutado ciertos ceses? Igual que la militancia protestó por la dignidad herida de Sánchez y le apoyó, ¿era necesario herir y hacer caer a varias de las cabezas más importantes de entre los fieles que le dieron hasta la última gota de su sangre y le llevaron donde está?. Parecería mucho más fácil hacerles salir por la puerta grande reconociéndoles los servicios prestados. Es el tema que se cuestiona por abajo, en las bases. En el 40 Congreso de Valencia se reforzó la unidad en torno a Pedro, pero en la ciudad del Turia y de las Fallas, a pesar del jolgorio y la fiesta, se había caído de los discursos, la palabra talismán: militancia. Y aunque se intentó infiltrar la palabra feminismo, en varios de los discursos, y vender la incorporación de nuevas y más jóvenes mujeres al Consejo de Ministros, las feministas, que son el movimiento que más moviliza al Psoe, no estaban contentas, más bien, disgustadas, esparcidas (pero eso es un capítulo aparte, por su gran dimensión) y en el aire flotaba un ambiente raro.

La respuesta a estas incógnitas está en el Presidente. Siempre tiene tiempo y herramientas suficientes para contestar adecuadamente a estas demandas y cohesionar lo más importante del Psoe, lo que le llevó a la presidencia, la democratización interna del partido y el empoderamiento de las bases y militancia socialista. Y también de recuperar al gran feminismo. Y sobre todo, como bien le pidió al presidente, Felipe González en el Congreso de Valencia, que "estimule la libre opinión dentro del Psoe"... "libertad para explicar lo que se piensa y responsabilidad para pensar lo que se dice. Lo que dará más fortaleza al partido..". ahí es dónde radica el auténtico poder de un partido orgulloso de ser socialista, solidario feminista y no dejar a nadie atrás.

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